Friday, June 12, 2009

MORANDI

Giorgio Morandi nació en Bologna, un día seco y frágil. Su padre creía haber visto un niño en sus sueños y le pusieron Giorgio antes de su nacimiento. Al cabo de 20 años el joven Morandi tuvo que exilarse a Buenos Aires, por la dictadura fascista italiana. Llegó al puerto de Río de la Plata, el mismo día en que Django Reinhardt, al otro lado del continente, perdía un trozo de su mano en el incendio de su Roulotte. A partir de aquí el guitarrista gitano francés, tuvo que inventarse un nuevo sistema para deslumbrar a la bohemia Parisina, creando así un tipo de guitarra.
Morandi podía haber oído alguna vez a Django, porque su hermano menor, era un trombonista que tocaba jazz en locales de Bologna, pero nunca se hubiera imaginado que se llegarían a encontrar casualmente en un ascensor, 30 años después en unas oficinas de Marseilla.
Pero Morandi, por aquellos tiempos, ni siquiera conocía la gran creación de los tres grandes del be-bop. Y si ya se dedicaba a pintar, no podría haber hecho aún ninguna obra escuchando música.
El caso es que Morandi, a sus 20 años, llegaba a una ciudad grandiosa y parnasiana para muchos de los que llegaban. Debía ser un mayo rojo y húmedo, que daba a la ciudad un tono vino. Se hospedó en un albergue, en Santa Fe con Rodriguez Peña. En ese entonces ya llevaba algunas botellas en su maleta, y nomás llegar repartió su utensilios en la habitación transformando así su morada en un taller de cubista. Su primer autorretrato es del 1925, con claras influencias impresionistas, y de pintores italianos, como Uccelo, Massaccio o Giotto.
A las dos semanas, el joven italiano, había conocido una muchacha platense, cantaora de flamenco (gallega) en un local para gauchos de los barrios bajos. Era morena, cabellera negra, ojos miel y labios finos. Al enterarse esta de la vocación de Giorgio, le puso en contacto con artistas y pintores argentinos de la época. Pero fue rechazado por su triste concepción del lienzo.
14 años más tarde, Morandi volvió a Italia al acabarse la II Guerra Mundial, dejándole una hija (Alba), sin saberlo, a la cantaora gallega. Esta, no tardó en encontrar un nuevo padre con quien criar a su niña; un joven mozo (Alfredo), aficionado a la golfería (hacer el golfo), jugador y apostador, buenachón, con quien acabaría teniendo un hijo y otra hija más. La cantaora pudo convencer a Alfredo, para que sus hijos todos llevaran el nombre del pintor italiano. Así que Alberto, Alba y Teresa, se criaron en una casa de techo bajo de Buenos Aires, apellidándose Morandi. Alba, la más mayor ( hija de Giorgio), se hizo maestra de literatura, igual que su hermanastro Alberto, que fue a parar a Neuquén impartiendo clases a jóvenes de la calle y a indígenas. Pero Teresa, la pequeña, hubo de huir del país, dando a luz dos hijos antes de irse para España.
Pero lo que de verdad no se esperaba nunca la gallega (la pura), era que en el año 1995, Giorgio Morandi y su esposa italiana (Finzi di Singamo) se encontraran con su nieto, un tal Diego, en un salón de Baile de la ciudad de Amsterdam, al intentar robarle este la cartera a la señorita di Singamo.


http://english.mart.trento.it/UploadImgs/303_Giorgio_Morandi___Natura_morta___1956.jpg

Monday, May 07, 2007




Ces terrains vagues


où j'erre


vaincu par l'ombre


et la lune


accrochée


à la maison


de mon coeur




André Bréton

Sunday, April 01, 2007

New York, 20 june 2006

Tuesday, February 06, 2007

LA AURORA


La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.




FEDERICO GARCÍA LORCA




Friday, January 19, 2007


“La soledad está en todo para ti, y todo está para ti en la soledad. Isla feliz donde a veces te acogiste, compenetrado mejor con la vida y sus designios, trayendo allá, como quien trae del mercado, unas flores cuyos pétalos luego abrirán en plenitud recatada, la turbulencia que poco a poco ha de sedimentar las imágenes, las ideas.”


Luis Cernuda


Monday, December 18, 2006

Aquí el cielo está más arriba

Friday, December 01, 2006

Ventanas III